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Jueves, 16 de octubre de 2025

Mentoring Masónico

Lupo ∴
Jueves, 16 de octubre de 2025

Mentoring Masónico

Formación con Propósito y Tradición


Por: Lupo ∴

En el contexto masónico contemporáneo, el acompañamiento fraterno ha cobrado una relevancia renovada. En nuestra logia, hemos asumido ese compromiso a través de un sistema de mentoring que no solo orienta, sino que transforma. Este enfoque no se limita a enseñar rituales o transmitir símbolos: busca formar masones conscientes, comprometidos y emocionalmente conectados con la orden.

El mentoring comienza mucho antes de la iniciación. Desde el primer contacto, se procura que el candidato comprenda lo que implica pertenecer a la Orden, tanto en lo simbólico como en lo humano. Se le acompaña en sus dudas, se le presenta la cultura de logia, y se le prepara para vivir una experiencia significativa. Este proceso no es rígido ni uniforme: se adapta a cada persona, reconociendo sus motivaciones, fortalezas y necesidades particulares.

A medida que el hermano avanza por los grados, el mentoring continúa como una herramienta de crecimiento. Se le apoya en el estudio del ritual, en la comprensión de los valores masónicos, y en la integración plena a la vida de logia. El mentor no es un instructor, sino un facilitador: alguien que escucha, orienta y motiva. Su labor no termina con la iniciación, sino que se extiende a lo largo de todo el camino masónico, incluyendo la preparación para cargos progresivos y el acompañamiento posterior a la veneratura.

Nos aseguramos de que cada hermano obtenga los conocimientos elementales necesarios para avanzar de grado, pero somos plenamente conscientes de que los grados se estudian toda la vida. Cada etapa de la orden contiene símbolos, enseñanzas y valores que se revelan con el tiempo, la experiencia y la reflexión. Nuestro deber es estudiar los símbolos propios del ritual, preservar su pureza, practicarlo con precisión y apreciar las virtudes morales y sociales que transmite. El ritual no es solo una forma ceremonial: es una fuente de sabiduría que guía la conducta del masón dentro y fuera del templo.

Este sistema tiene como propósito fortalecer la retención de miembros, fomentar el desarrollo personal y crear una cultura de enseñanza fraterna. Se promueve la participación activa, el estudio reflexivo y la interacción social. Se entregan materiales de apoyo, se organizan reuniones periódicas, y se invita a los hermanos a integrarse en actividades ritualísticas y sociales. Todo esto contribuye a que cada miembro se sienta parte de una comunidad viva, cálida y comprometida.

El impacto ha sido evidente. Las ceremonias son más emotivas, los vínculos entre hermanos más sólidos, y la preparación para asumir responsabilidades más efectiva. El mentoring ha permitido que la logia se mantenga dinámica, inclusiva y orientada al crecimiento colectivo. Incluso los Past Masters encuentran en este sistema una oportunidad para seguir sirviendo, orientando y formando parte activa del desarrollo institucional.

Avanzar de grado no significa dejar atrás lo aprendido, sino reforzarlo con nuevas herramientas. Por eso, el estudio de cada etapa es constante, y el acompañamiento fraterno se convierte en una guía silenciosa pero poderosa. Educar en masonería es formar hombres libres, conscientes y comprometidos con el arte de construir en lo visible y en lo invisible. El mentoring, en este sentido, es una forma de vivir la masonería con sentido, profundidad y propósito.

Consolidar un sistema de mentoring no es simplemente organizar funciones o asignar responsabilidades: es cultivar una cultura de cuidado, de transmisión viva del conocimiento, y de compromiso con el crecimiento de cada hermano. Hemos comprobado que cuando el acompañamiento es fraterno, la enseñanza es significativa y el ritual se vive con conciencia, la masonería florece en su forma más auténtica. El mentoring no es un método, es una actitud: la de formar sin imponer, guiar sin forzar, y construir juntos un templo interior que se eleva con cada gesto, cada palabra y cada acto de virtud. Así, el la orden se convierte en una escuela de vida, y la logia en un espacio donde el aprendizaje es constante, profundo y compartido.


Créditos / Fuente: Buena Vista Lodge No.116

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